En medio del desierto al norte de Lima (Perú), las investigaciones sobre la ciudad de Caral, la más antigua de América, siguen desvelando enigmas y ahora han permitido determinar que hace 5.000 años ya hubo construcciones antisísmicas y un conocimiento avanzado de la genética agraria. Caral, ubicada a 200 kilómetros de Lima y declarada en 2009 por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, fue una compleja sociedad que se desarrolló entre los años 3.000 y 1.800 antes de Cristo, en el período denominado Precerámico, coetáneo con la época de las pirámides de Egipto.
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