Escrito por Santiago Moll
Este artículo está inspirado en un interesantísimo libro de Daniel Goleman titulado Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional. En uno de los apartados de este libro Goleman se centra en la dicotomía entre un jefe bueno y un jefe malo. Aunque este libro se centra en el liderazgo empresarial, creo que las cualidades o habilidades que Goleman defiende para ser un buen jefe son perfectamente extrapolables a la labor docente. Mi intención en esta entrada es la de relacionar las habilidades que defiende Goleman para ser un buen jefe con las habilidades o cualidades que todo docente debería potenciar en el aula. Quiero hacer constar que he realizado algunas pequeñas modificaciones respecto a las cualidades que cita Goleman, pero no afectan al sentido último que Goleman pretende transmitir.
Este artículo está inspirado en un interesantísimo libro de Daniel Goleman titulado Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional. En uno de los apartados de este libro Goleman se centra en la dicotomía entre un jefe bueno y un jefe malo. Aunque este libro se centra en el liderazgo empresarial, creo que las cualidades o habilidades que Goleman defiende para ser un buen jefe son perfectamente extrapolables a la labor docente. Mi intención en esta entrada es la de relacionar las habilidades que defiende Goleman para ser un buen jefe con las habilidades o cualidades que todo docente debería potenciar en el aula. Quiero hacer constar que he realizado algunas pequeñas modificaciones respecto a las cualidades que cita Goleman, pero no afectan al sentido último que Goleman pretende transmitir.
Imagen extraída de Shutterstock
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